martes, 7 de junio de 2011

Noticias relacionadas en los diarios - Parte 6

El cosmos, la vida y el sexo, según Hawking.

Afirma que la peor discapacidad no es la física, sino la del espíritu.

Claudia Dreifus The New York Times

TEMPE, Estados Unidos.- Como Einstein, es tan famoso por su historia como por su trabajo científico.
A los 21 años, el físico británico Stephen Hawking supo que sufría de esclerosis lateral amiotrófica (ELA) o enfermedad de Lou Gehrig. Aunque es una dolencia frecuentemente fatal dentro de los cinco años que siguen al diagnóstico, sobrevivió y floreció, produciendo parte de las investigaciones cosmológicas más importantes de su tiempo.
Casi totalmente paralizado, puede hablar sólo a través de un simulador de voz computarizado. Las palabras más comúnmente utilizadas se desplazan velozmente por una pantalla montada sobre su silla de ruedas. Con un músculo de su mejilla, él opera un sensor electrónico ubicado en sus anteojos para transmitir instrucciones a su computadora. De esta forma, lentamente puede construir oraciones; la máquina las transforma en la voz metálica de ultratumba que resulta familiar a su legión de fans.
Es un proceso cansador y muy lento. Pero es la forma en que se mantiene conectado con el mundo, dirige las investigaciones del Centro de Cosmología Teórica de la Universidad de Cambridge, escribe prolíficamente para especialistas y medios masivos, y da conferencias para atraer a audiencias de Francia a Fiji.
A la tarde siguiente de su presentación, Hawking compartió conmigo una infrecuente entrevista. O algo así. Le había mandado diez preguntas a su hija, Lucy Hawking, de 40 años, una semana antes del encuentro. De modo que, para no agotar a su padre, que se ha debilitado desde que padeció una enfermedad casi fatal hace dos años, ella se las leyó durante varios días.
En nuestra entrevista, el físico reprodujo las respuestas. Sólo un intercambio, el último, fue espontáneo. Sin embargo, a pesar de las limitaciones, fue Hawking quien quiso mantener la entrevista en persona, en lugar de a través del mail.
-Doctor Hawking, ¿cómo es un día típico para usted?
-Me levanto temprano y voy a mi oficina, donde trabajo con mis colegas y estudiantes. Utilizando el mail, puedo comunicarme con científicos de todo el mundo. Obviamente, por mi discapacidad, necesito asistencia. Pero siempre traté de superar mis limitaciones y llevar una vida tan plena como fuera posible. Viajé por el mundo, de la Antártida a la gravedad cero. Tal vez algún día vaya al espacio.
-Hay expertos que insisten en que usted no sufre realmente de ELA porque le ha ido demasiado bien. ¿Qué les respondería?
-Tal vez no tenga la forma más común, que generalmente mata en dos o tres años. Ciertamente me ayudó el hecho de tener un trabajo y de que me cuidaran tan bien. No tengo muchas cosas positivas que decir acerca de mi enfermedad. Pero me enseñó a no tener lástima de mí mismo, porque a otras personas les va mucho peor. Estoy más feliz ahora que antes de desarrollarla. Fui afortunado de estar trabajando en física teórica, una de las pocas áreas en las que la discapacidad no es un handicap serio.
-¿Qué le diría a una persona que es diagnosticada con una enfermedad grave, como ELA?
-Mi consejo sería que se concentrara en lo que la discapacidad no impide realizar bien y que no eche de menos aquello con lo que interfiere. Que no sea discapacitado de espíritu tanto como físicamente.
-No quiero cansarlo, pero me pregunto: el discurso que dio aquí, en Tempe, ha sido muy personal. ¿Estaba tratando de dejar las cosas en claro, para que la gente lo conozca?
-[Después de cinco minutos] Quisiera que mi experiencia pudiera ayudar a otras personas.




Martes 10 de mayo de 2011 | Publicado en edición impresa  La Nación.

4 comentarios:

  1. Muy buena la pagina! muy clara la info!

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  2. clarísima la página, y como dice en la última frase, sirve muchísimo para ayudar a otras personas !

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  3. ¡Gracias María Elena! la verdad que sí, nuestra idea con publicar esta nota, entre otras cosas, es que se aprenda a ver en una persona con discapacidad, aquello que SI puede hacer, siendo aquí donde encuentran motivación para ir mas allá de sus limitaciones.

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