Lejos de la educación
Los problemas con la educación empiezan desde temprana edad y los jóvenes adolescentes en general carecen de un buen dominio de la lectoescritura. "Del diario, por ejemplo, veo nada más que las fotos o quizá leo los titulares. Lo que más me da información y lo que más me atrae son las fotos. No tanto el texto", dice Sofía, de pelo oscuro y con gomitas de colores.
"Hay muy pocas posibilidades de ir a la universidad para un chico sordo por la falta de intérpretes. Aunque ahora entre la Confederación Argentina de Sordos (CAS) y la UBA comenzamos un convenio para que esto cambie. El año último, dos materias del CBC se dictaban en lengua de señas", apunta María Rosa Druetta, presidenta de la CAS.
La profesora Lorena Duczynsky, de la escuela Osvaldo Magnasco, que tiene pelo lacio, largo y castaño, dibuja un cuerpo humano en el pizarrón. Detrás de los bancos, cuatro alumnos intentan descifrar el nombre en español de cada órgano. Los alumnos miran a los ojos para escuchar a la profesora que, además de enseñarles ciencias naturales, representa un ejemplo de vida para ellos. Al igual que sus alumnos, Lorena tiene una disminución auditiva. Sin embargo no se dio por vencida y terminó el profesorado con la ayuda de un intérprete. Hoy enseña a otros sordos a no darse por vencidos.
Otra profesora de la misma escuela destaca con preocupación que llegan a sus cursos alumnos de 15 y 16 años que no saben ni leer ni escribir. "El año que viene tendrían que entrar al secundario y muchas veces me pregunto si están preparados." Esto pasa en la Capital , donde hay escuelas integradas que incentivan el manejo de la lengua de señas. Sin embargo, en provincia, los expertos dicen que la educación es aún peor.
Por Teodelina Basavilbaso
Dela Fundación LA NACION
De
Sábado 02 de octubre de 2010 | Publicado en edición impresa La Nación
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